domingo, 2 de octubre de 2016

La importancia de una relación óptima de padres a hijos

La importancia de una relación óptima de padres a hijos, durante la iniciación deportiva temprana




Un tema muy importante para abordar en el deporte infantil es la relación que se establece entre padres e hijos.  Desde la psicología deportiva trabajamos desde una perspectiva sociológica observando, analizando y orientando para que los padres se transformen en un apoyo óptimo tanto en la elección de la actividad deportiva como en el acompañamiento del niño.
En el contexto deportivo infantil los padres se convierten en uno de los pilares en el proceso de socialización, junto con los entrenadores. Este proceso es muy importante ya que a través del mismo se comienza a sembrar los valores de aproximación del niño hacia el deporte y a través del deporte, para aprender a relacionarse tanto con adultos como con personas de su mismo grupo. Al mismo tiempo, el niño desarrolla pensamientos y emociones que lo va a acercar de forma funcional a la tarea o le generará rechazo.
El objetivo primordial, lo conocemos de muchas fuentes, es que los niños se diviertan.  ¿Por qué remarcamos esto todo el tiempo? Porque el juego, la diversión, es el camino para asimilar conductas sociales positivas.  A nivel externo se puede apreciar signos de satisfacción y alegría, y por dentro se activa una cadena de recompensas en cuanto a pensamientos y emociones, que retroalimentan la conducta positiva.  Esto quiere decir que, si un niño es feliz, aprende mejor y tiende a repetir la conducta reforzada., tanto interna como externamente.
Algo que tenemos que tener muy presente es el tipo de relación que se establece entre padres e hijos. Los niños se acercan al deporte por otros niños que conoce, por hermanos, por algún ídolo o por sugerencia de sus padres. Quizás haya más opciones. La pregunta aquí es ¿Qué pretenden los padres del entrenamiento deportivo?
En la experiencia observamos situaciones coherentes, donde los padres solo quieren que sus hijos se diviertan y acompañan este plan , reforzando las conductas positivas y preguntando como les fue, y buscando que mantengan el foco en divertirse más allá del resultado. Por otro lado, también encontramos esos casos donde por un lado manifiestan querer que sus hijos se diviertan , pero muestran algunas acciones que escaparían al rol paternal que necesita un niño. De tal forma, hallamos padres que ponen sus expectativas por encima del objetivo general formativo. Las expresiones discursivas rondan alrededor de ideas exitistas demasiado tempranas y terminan desestabilizando la concentración del niño, tan importante para el aprendizaje.
Esta claro que a medida que un niño crece va a concentrarse mejor en la tarea. Aquí la tarea es divertirse, y que naturalmente adquieran los valores para relacionarse con el deporte (qué se hace y qué no) y los valores para relacionarse (respeto, compañerismo, bondad, etc). Pero también se moldean sus esquemas para resolver situaciones. Por ejemplo, un niño que esta más pendiente de la reacción de su padre, antes de realizar un movimiento, que lo que esta realizando…simplemente no esta jugando. En este caso estaría comportándose bajo presión. Y en estas circunstancias es muy probable que en algún momento sienta rechazo hacia la actividad y al adulto que lo está exponiendo a ese nivel de demanda.
La relación óptima esperable es un padre que acompaña sin querer ocupar el rol del entrenador o de un representante. Desde el entrenamiento se procura cumplir con los objetivos, respetando las capacidades que el niño va desarrollando en su crecimiento; que se divierta, en primera instancia; y que aprenda a resolver con autonomía tanto jugadas como actuaciones positivas hacia el prójimo.

Lic. Celeste Gonzalez
Especialista en Psicologia aplicada al deporte.

Coaching de habilidades psicologicas para el alto rendimiento
 aplicado a deporte, organizaciones, educacion y arte.
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